Carlos Galarreta Lázaro es un ex- ciclista profesional español nacido el diez de noviembre de 1967 en Ramales (Cantabria).
El lote en el que más destacaba era la media montaña, siendo un óptimo escalador. Su punto mucho más débil era la contrarreloj. Era vegetariano, circunstancia poco usual entre los corredores expertos.
Comenzó en el planeta del ciclismo en el equipo cantabrio C.C del Asón de Ramales (Sbesa), en la categoría infantil, pasando con buenos resultados por la categoría cadete y juvenil en las filas del mismo club (Óptica-ortopedia Diego).
En 1986 fichó por el equipo principiante vizcaíno Ciclos Zubero, pasando después al Kas-Canal 10 y en 1989 al Frinat-Cegasa. En esos años en el campo amateur cosechó victorias esenciales como el Campeonato de Vizcaya de 1988 (pese a ser cántabro corrió ciertas temporadas con licencia vizcaína), una etapa en el Circuito Montañés de 1988, el G.P Caja Cantabria de 1989, la Subida a Elgueta de 1989, la Vuelta al Goierri de 1989, una época en la Aragón-Bearn de 1989, etcétera.
En 1990 fichó por el grupo Lotus-Festina profesional, en el que militó 2 temporadas, consiguiendo buenos resultados. En 1991 ganó la etapa reina de la Ruta del Sur, donde quedó 3º en la clasificación general final, obteniendo además el premio de la montaña. Pocos días después, estuvo a punto de ganar la Bicicleta Vasca, tras quedar segundo en la 4ª etapa y ponerse como líder, pero al final Bugno le arrebataría el liderato en la última jornada.
En la temporada 1992 fichó por el equipo Seur, pero perjudicado por distintos inconvenientes físicos no rindió lo que se esperaba tras su buena campaña previo.
En 1993, en las filas del sencillo equipo Deportpublic, consiguió la mejor victoria de su trayectoria al ganar la Vuelta a Murcia por delante de Laudelino Cubino y otros corredores importantes como Miguel Induráin o Julián Gorospe. Ese mismo año en el momento en que se encontraba realizando una enorme Vuelta a España, marchaba el 16º en la general, padeció una caída fracturándose la clavícula.
En las temporadas 1994 y 1995 militó en el equipo Castellblanch-Deportpublic sin grandes resultados, destacando su combatividad en la Vuelta a España de 1994, estando presente en muchas fugas, como la de la etapa reina en Ordino Arcalís o la de los Lagos de Covadonga.
La de 1995 fue su temporada mucho más gris, perjudicado por diversas situaciones. No fue renovado y abandonó el ciclismo con 28 años recién cumplidos.