Francisco (Paco) Cepeda Nistal, nacido el 8 de marzo de 1906 en Sopuerta, (Vizcaya, España) y fallecido el 14 de julio de 1935, fue un ciclista semi-profesional entre los años 1925 y 1935.
Cepeda fue el primer ciclista que murió gracias a un accidente en competición en el Tour de Francia.
El 11 de julio de 1935, en el lapso de la séptima etapa, disputada entre Aix-les-Bains y Grenoble, el corredor sufrió una caída que le causó una fractura en la base del cráneo, como consecuencia de la cual murió tres días después en el Hospital de La Tronche.
Aquella etapa del Tour de Francia tenía ascensos al Galibier y más tarde al Lautaret para, ya en lote sensiblemente liso, atravesar el núcleo urbano de Le Bourg d’Oisans y luego discurrir por las gargantas del río Romanche hacia Grenoble por la carretera D 1091 (entonces llamada RN 91).
El incidente se causó en el momento en que Cepeda formaba parte de un grupo de unos cinco corredores que circulaban a alta velocidad, aproximadamente en el punto kilométrico 14,400, en la curva llamada de forma local “de los castaños”, tras haber cruzado el núcleo urbano de Rioupéroux (comuna de Livet-et-Gavet).
A raíz de la investigación desarrollada por la brigada local de la gendarmería francesa, se abrieron diligencias judiciales en los juzgados de Grenoble por un viable homicidio involuntario debido a que entre los presentes del accidente aseguró en su declaración que un vehículo no relacionado con la carrera había arrollado al ciclista. Sin embargo, la causa fue finalmente archivada el 31 de enero de 1936 atendiendo a que otros presentes observaron cómo Cepeda padeció un brusco desplazamiento del costado en el instante en que el tubular de una de las ruedas se despegó de la llanta, a consecuencia del que cayó sobre la calzada. El ciclista fue instantaneamente trasladado al hospital en un coche perteneciente al equipo español que seguía al conjunto y, aunque en un comienzo existía optimismo sobre su recuperación, su estado se agravó de manera rápida, falleciendo sin llegar a recobrar la consciencia.
Si bien la causa del accidente de Cepeda jamás fue de manera oficial comunicada, la hipótesis mucho más posible es aquella que apunta a un inconveniente en los materiales empleados para las ruedas de las bicicletas. En las unidades suministradas aquel año por la organización del Tour, se utilizaron llantas de duraluminio en vez de las llantas de madera que se había venido usando hasta ese momento. Se consideró entonces que la salida del tubular fue debida al deterioro del adhesivo que lo fijaba por el calor producido en las frenadas y trasmitido con sencillez por el duraluminio, agravándose esta situación por el ámbito de altas temperaturas veraniegas. De hecho, ahora desde las primeras etapas se causó tal número de accidentes por esta causa que se generó una fuerte polémica que finalmente forzó a restituir las llantas de madera en la etapa de Niza.
La documentación relativa a las diligencias judiciales desarrolladas con el objetivo de esclarecer las causas del accidente del ciclista se encuentra predisposición pública en los Archivos Departamentales del Departamento de Isère, en la ciudad de Grenoble.
Cepeda llegó a ser en su tiempo un ciclista destacado en el panorama español. En 1927 logró la medalla de bronce en el Campeonato de España de ciclismo en ruta, celebrado en Barcelona.
Su primera participación en el Tour de Francia se produjo en el año 1930, habiendo sido seleccionado para formar parte del equipo de España y terminando la prueba en un meritorio puesto 27º de la clasificación general. Previamente a aquella edición del Tour, la primera en la que participaban escojas que representaban a países, únicamente cuatro corredores españoles habían logrado llegar a París (José María Javierre, Victorino Otero, Jaime Janer y Salvador Cardona). Los medios de todo el mundo reconocieron entonces la excepcional ascensión de Cepeda al Galibier, que coronó en una señalada posición, logrando desde entonces la invitación a pruebas para corredores escaladores en Francia.
En la próxima edición, la de 1931, Cepeda constituyó en solitario el equipo representante de España, dada la negativa de otros corredores a formar parte, al no llegar a un convenio en las condiciones de su participación. Tras padecer un elevado número de contratiempos y inconvenientes físicos, el corredor abandonó la carrera en el transcurso de la 20ª etapa. Ese mismo año consigue un meritorio tercer puesto en la subida al Mont Faron, en Toulon, Francia.
En 1933 vuelve a acudir al Tour adjuntado con Vicente Trueba, los dos en la categoría «Touristes-Routieres», en ausencia de equipo gerente de España.
Tras un abandono temporal de la actividad deportiva, Cepeda reapareció en 1935, participando en la primera edición de la Vuelta Ciclista a España, que finalizó en el puesto 17º, e inscribiéndose en el Tour de Francia en la categoría «Individuel», reservada para esos corredores que, no habiendo sido escogidos por la federación nacional pertinente, recibían invitación directa para participar por parte de la organización de Tour.
Paco Cepeda es el único corredor fallecido por accidente en el Tour de Francia que todavía no ha recibido por su organización un reconocimiento específico en forma de memorial.
El Ayuntamiento de su localidad natal, Sopuerta, puso en 2006 una estatua en su memoria que situó en el del sol donde se ubicaba la vivienda de su familia.